Por la señal, etc.
Señor mio, Jesucristo,
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío,
por ser Vos quién sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocaciones de ofenderos,
confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos,
en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita,
que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima
sangre, pasión y muerte, y me dareis gracia para enmendarme, y
perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida.
Amén.
ORACIÓN PREPARATORIA
Oh
gloriosísimo Padre de Jesús, Esposo de María. Patriarca y Protector de la Santa
Iglesia, a quien el Padre Eterno confió el cuidado de gobernar, regir y
defender en la tierra la Sagrada Familia; protégenos también a nosotros, que
pertenecemos, como fieles católicos. a la santa familia de tu Hijo que es la
Iglesia, y alcánzanos los bienes necesarios de esta vida, y sobre todo los
auxilios espirituales para la vida eterna. Alcánzanos especialmente estas tres
gracias, la de no cometer jamás ningún pecado mortal, principalmente contra la
castidad; la de un sincero amor y devoción a Jesús y María, y la de una buena
muerte, recibiendo bien los últimos Sacramentos. Concédenos además la gracia
especial que te pedimos cada uno en esta novena.
Pídase con
fervor y confianza la gracia que se desea obtener.
DÍA 1º
Oh
benignísimo Jesús así como consolaste a tu padre amado en las perplejidades e
incertidumbres que tuvo, dudando si abandonar a tu Santísima Madre su esposa,
así te suplicamos humildemente por intercesión de San José nos concedas mucha
prudencia y acierto en todos los casos dudosos y angustias de nuestra vida,
para que siempre acertemos con tu santísima voluntad.
DÍA 2º
Oh
benignísimo Jesús, así como consolaste a tu padre amado en la pobreza y
desamparo de Belén, con tu nacimiento, y con los cánticos de los Ángeles y
visitas de los pastores, así también te suplicamos humildemente por intercesión
de San José, que nos concedas llevar con paciencia nuestra pobreza y desamparo
en esta vida, y que alegres nuestro espíritu con tu presencia y tu gracia, y la
esperanza de la gloria.
DÍA 3º
Oh
benignísimo Jesús, así como consolaste a tu amado padre en el doloroso misterio
de la Circuncisión, recibiendo de él el dulce nombre de Jesús, así te
suplicamos humildemente, por intercesión de San José, nos concedas pronunciar
siempre con amor y respeto tu santísimo nombre, llevarlo en el corazón,
honrarlo en la vida, y profesar con obras y palabras que tú fuiste nuestro
Salvador y Jesús.
DÍA 4º
Oh
benignísimo Jesús, así como consolaste a tu padre amado de la pena que le causó
la profecía de Simeón, mostrándole el innumerable coro de los Santos, así te
suplicamos humildemente, por intercesión de San José que nos concedas la gracia
de ser de aquellos para quienes tu sirves, no de ruina, sino de resurrección, y
que correspondamos fielmente a tu gracia para que vayamos a tu gloria.
DÍA 5º
Oh
benignísimo Jesús, así como tu amado padre te condujo de Belén a Egipto para
librarte del tirano Herodes, así te suplicamos humildemente, por intercesión de
San José, que nos libres de los que quieren dañar nuestras almas o nuestros
cuerpos, nos des fortaleza y salvación en nuestras persecuciones, y en medio
del destierro de esta vida nos protejas hasta que volemos a la patria
celestial.
DÍA 6º
Oh
benignísimo Jesús así como tu padre amado te sustentó en Nazaret, y en cambio
tú le premiaste en tu santísima compañía tantos años, con tu doctrina y tu
dulce conversación, así te rogamos humildemente, por intercesión de San José
nos concedas el sustento espiritual de tu gracia, y de tu santa comunión, y que
vivamos santa y modestamente, como tú en Nazaret.
DÍA 7º
Oh
benignísimo Jesús, así como por seguir la voluntad de tu padre celestial
permitiste que tu amado padre en la tierra padeciese el vehementísimo dolor de
perderte por tres días, así te suplicamos humildemente, por intercesión de San
José, que antes queramos perder todas las cosas y disgustar a cualquier amigo,
que dejar de hacer tu voluntad; que jamás te perdamos a ti por el pecado
mortal, o que si por desgracia te perdiésemos te hallemos mediante una buena
confesión.
DÍA 8º
Oh
benignísimo Jesús, que en la hora de su muerte consolaste a tu glorioso padre,
asistiendo juntamente con tu Madre su esposa a su última agonía, te suplicamos
humildemente, por intercesión de San José, que nos concedas una muerte
semejante a la suya asistido de tu bondad, de tu Santísima Madre y del mismo
glorioso Patriarca protector de los moribundos, pronunciando al morir vuestros
santísimos nombres, Jesús, María y José.
DÍA 9º
Oh
benignísimo Jesús, así como has elegido por medio de tu Vicario en la tierra a
tu amado padre para protector de tu Santa Iglesia Católica, así te suplicamos
humildemente por intercesión de San José, nos concedas el que seamos verdaderos
y sinceros católicos, que profesemos sin error la fe católica, que vivamos sin
miedo una vida digna de la fe que profesamos, y que jamás puedan los enemigos
ni aterrarnos con persecuciones, ni con engaños seducirnos y apartamos de la
única y verdadera religión que es la Católica.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Oh custodio y
padre de Vírgenes San José a cuya fiel custodia fueron encomendadas la misma
inocencia de Cristo Jesús y la Virgen de las vírgenes María; por estas dos
queridísimas prendas Jesús y María, te ruego y suplico me alcances, que
preservado yo de toda impureza, sirva siempre castísimamente con alma limpia,
corazón puro y cuerpo casto a Jesús y a María. Amén.
Jesús, José y María, os doy mi corazón y el alma mía
Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.
Jesús, José y María, con Vos descanse en paz el alma
mía.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Antífona.
Tenía el mismo Jesús, al empezar su vida pública, cerca de treinta años, hijo,
según se pensaba de José.
V. San José, ruega por nosotros.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
Jesucristo.
Oración. Oh
Dios que con inefable providencia te dignaste escoger al bienaventurado José
por Esposo de tu Madre Santísima; concédenos que, pues le veneramos como
protector en la tierra, merezcamos tenerle como protector en los cielos. Oh Dios
que vives y reinas en los siglos de los siglos. Amén.