ORACIONES
PARA TODOS LOS DÍAS
Ven,
Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama
de tu amor. Oh, Dios, que con la luz del Espíritu Santo iluminas los corazones
de tus fieles, concédenos que guiados por el mismo Espíritu, disfrutemos de lo
que es recto y nos gocemos con su consuelo celestial.
1º Don
Ven,
Espíritu Santo, por tu don Sabiduría, concédenos la gracia de apreciar y
estimar los bienes del cielo y muéstranos los medios para alcanzarlos.
Gloria...
2º Don
Ven,
Espíritu Santo, por tu don de Entendimiento, ilumina nuestras mentes respecto a
los misterios de la salvación, para que podamos comprenderlos perfectamente y
abrazarlos con fervor. Gloria...
3º Don
Ven,
Espíritu Santo, por tu don de Consejo, inclina nuestros corazones a actuar con
rectitud y justicia para beneficio de nosotros mismos y de nuestros semejantes.
Gloria...
4º Don
Ven,
Espíritu Santo, por tu don de Fortaleza, fortalécenos con tu gracia contra los
enemigos de nuestra alma, para que podamos obtener la corona de la victoria.
Gloria...
5º Don
Ven,
Espíritu Santo, por tu don de Ciencia, enséñanos a vivir entre las cosas
terrenales para así no perder las eternas. Gloria...
6º Don
Ven,
Espíritu Santo, por tu don de Piedad, inspíranos a vivir sobria, justa, y
piadosamente en esta vida, para alcanzar el cielo en la otra vida. Gloria...
7º Don
Ven,
Espíritu Santo, por tu don de Temor de Dios, hiere nuestros cuerpos con tu
temor para así trabajar por la salvación de nuestras almas. Gloria...
Oración
Oh
Dios, que has unido las naciones en la confesión de tu nombre, concédenos que
los que han renacido por el agua del bautismo, tengan la misma fe en sus
corazones y la misma piedad en sus acciones.
Oh
Dios, que enviaste el Espíritu Santo a los apóstoles, oye las oraciones de tus
fieles para que gocen de la verdadera paz, quienes por tu gracia, han recibido
el don de la verdadera fe. Te suplicamos, Oh Dios, que tu Santo Espíritu
encienda en nuestros corazones esa llama que Cristo trajo a la tierra y deseó ardientemente
fuera encendida.
Inflama,
Oh Señor, nuestros corazones con el fuego del Espíritu Santo, para que te
sirvamos castos de cuerpo y limpios de corazón. Enriquece, Señor, nuestros
corazones derramando con plenitud tu Santo Espíritu por cuya sabiduría fuimos
creados y por cuya providencia somos gobernados.
Te
suplicamos, Oh Dios Todopoderoso y Eterno, que tu Santo Espíritu nos defienda y
habite en nuestras almas, para que al fin, seamos los templos de su gloria.
Te
pedimos, Señor, que según la promesa de tu Hijo, el Espíritu Santo nos lleve al
conocimiento pleno de toda la verdad revelada.